LA ESTRELLA MUDEJAR CON LA QUE CRECÍ.
Si alguien no ha leído el libro SEDA, ya está tardando, es IMPRESIONANTE
sólo un consejo, leerlo en papel, aunque tengáis que imprimirlo si no lo encontráis en librerías.
Un poco de SEDA(Alessandro Baricco), un poco de Benedetti, un poco de El Alquimista(Coelho) y un mucho de Miguel Ángel Barrera y su vida y sus sueños. Tres grandes escritores y para mi maestros, de los que aparecen influencias varias, de temática al menos, lejos de compararme.
Apenas unos pasos le separaban de su destino. Llevaba media vida dirigiéndose hacia él, y por fin lo podía sentir muy cerca. Comenzó a subir la cuesta cubierta de una alfombra de adoquines para la ocasión a lo lejos empezaba a vislumbrar una estrella de ocho puntas. De repente una duda le dejó eclipsado y fuera del mundo por unos instantes. ¿Sería el fin? ¿qué iba a hacer a partir de ahora con su vida? Después de tanto esfuerzo no sabía si realmente quería llegar o no, pues se preguntaba qué más podía hacer una vez hubiese llegado al final del viaje. ¿Morirían sus sueños, sus deseos su ILUSIÓN?... Algo llamó la atención desde una ventana y le devolvió a la realidad una joven vestida con un precioso vestido de blanca SEDA dejaba intuir su bello rostro y su delicado cuerpo a través del cristal pero estaba empañado. Él entristeció al no poder contemplar bien aquella imagen tan hermosa ¡pero entonces ella hizo algo que desafiaba a todas las leyes de la física!, ¡que ponía a los dioses en jaque!, ¡que retaba al mundo, y a todos sus habitantes! ¡algo fuera de lo común en aquel frío invierno!. Ella insinuada de blanca SEDA, casi transparente, cogió aire desde lo más profundo de su ser, levantó el brazo, apretó el puño y limpió el vaho de la ventana dejando un agujerito que permitía contemplar su sonrisa (todo un hecho en estos tiempos de corazones con coraza) él sonrió. Volvió a mirar hacia su destino ahora sereno, pero ya no estaba donde lo dejó. Enmudeció. Creyó que no tenía que haber disfrutado del momento de magia de la ventana, y culpándose como tantas veces a lo largo del viaje se sentó en el frío suelo y comenzó a llorar Pero algo cortó su llanto. El sonido de unas ventanas abriéndose en aquel duro invierno le sorprendió era la chica de antes. Ahora su cuerpo estaba dibujado por debajo de la seda transparente y el frío viento de las montañas que intentaba seducir tan bello cuerpo acariciándolo. Ella le miró. Volvió a sonreír esta vez mirándole directamente, no sólo a los ojos. Se dio media vuelta con la sutileza que tienen los movimientos de un ángel, retiró con sensualidad su hermosa melena dejando la espalda al descubierto, y dejó resbalar el frágil camisón por sus infinitas formas. El joven caballero quedó inmóvil. Ella también. Ambos empezaron a caminar al unísono, Ella hacia sus aposentos. Él hacia ella. Su corazón se aceleraba, sus ojos brillaban. Ya no había lágrimas en ellos, y se podía ver el reflejo de la estrella que había señalado su destino instantes antes. La misma estrella que ella llevaba grabada en su aterciopelada piel con tinta AZUL.
Pos-post: Por cierto, este finde son Fiestas Medievales en Teruel, un mágico viaje en el tiempo... estáis tod@s invitados. Si veis un caballero romántico con cara de niño, una cámara de fotos, una cervecilla, una libreta y una pluma... ese soy yo. Ah, iré vestido de AZUL y con una sonrisa por bandera.
1GranTiernoySinceroAbrazo para tod@s.
A la banda sonora... "El último Mohicano"
Un poco de SEDA(Alessandro Baricco), un poco de Benedetti, un poco de El Alquimista(Coelho) y un mucho de Miguel Ángel Barrera y su vida y sus sueños. Tres grandes escritores y para mi maestros, de los que aparecen influencias varias, de temática al menos, lejos de compararme.
Apenas unos pasos le separaban de su destino. Llevaba media vida dirigiéndose hacia él, y por fin lo podía sentir muy cerca. Comenzó a subir la cuesta cubierta de una alfombra de adoquines para la ocasión a lo lejos empezaba a vislumbrar una estrella de ocho puntas. De repente una duda le dejó eclipsado y fuera del mundo por unos instantes. ¿Sería el fin? ¿qué iba a hacer a partir de ahora con su vida? Después de tanto esfuerzo no sabía si realmente quería llegar o no, pues se preguntaba qué más podía hacer una vez hubiese llegado al final del viaje. ¿Morirían sus sueños, sus deseos su ILUSIÓN?... Algo llamó la atención desde una ventana y le devolvió a la realidad una joven vestida con un precioso vestido de blanca SEDA dejaba intuir su bello rostro y su delicado cuerpo a través del cristal pero estaba empañado. Él entristeció al no poder contemplar bien aquella imagen tan hermosa ¡pero entonces ella hizo algo que desafiaba a todas las leyes de la física!, ¡que ponía a los dioses en jaque!, ¡que retaba al mundo, y a todos sus habitantes! ¡algo fuera de lo común en aquel frío invierno!. Ella insinuada de blanca SEDA, casi transparente, cogió aire desde lo más profundo de su ser, levantó el brazo, apretó el puño y limpió el vaho de la ventana dejando un agujerito que permitía contemplar su sonrisa (todo un hecho en estos tiempos de corazones con coraza) él sonrió. Volvió a mirar hacia su destino ahora sereno, pero ya no estaba donde lo dejó. Enmudeció. Creyó que no tenía que haber disfrutado del momento de magia de la ventana, y culpándose como tantas veces a lo largo del viaje se sentó en el frío suelo y comenzó a llorar Pero algo cortó su llanto. El sonido de unas ventanas abriéndose en aquel duro invierno le sorprendió era la chica de antes. Ahora su cuerpo estaba dibujado por debajo de la seda transparente y el frío viento de las montañas que intentaba seducir tan bello cuerpo acariciándolo. Ella le miró. Volvió a sonreír esta vez mirándole directamente, no sólo a los ojos. Se dio media vuelta con la sutileza que tienen los movimientos de un ángel, retiró con sensualidad su hermosa melena dejando la espalda al descubierto, y dejó resbalar el frágil camisón por sus infinitas formas. El joven caballero quedó inmóvil. Ella también. Ambos empezaron a caminar al unísono, Ella hacia sus aposentos. Él hacia ella. Su corazón se aceleraba, sus ojos brillaban. Ya no había lágrimas en ellos, y se podía ver el reflejo de la estrella que había señalado su destino instantes antes. La misma estrella que ella llevaba grabada en su aterciopelada piel con tinta AZUL.
Pos-post: Por cierto, este finde son Fiestas Medievales en Teruel, un mágico viaje en el tiempo... estáis tod@s invitados. Si veis un caballero romántico con cara de niño, una cámara de fotos, una cervecilla, una libreta y una pluma... ese soy yo. Ah, iré vestido de AZUL y con una sonrisa por bandera.
1GranTiernoySinceroAbrazo para tod@s.
A la banda sonora... "El último Mohicano"
7 comentarios
Tharsis -
lunaaaaa -
flako mix -
Celeste -
Besos cariño
Principito -
Marta, me he perdido... estoy en ello, el de fotos, poemas y relatos que te dije... pero aún no tengo el honor de haber publicado.
Marta -
jacky -